Cómo funciona el ojo humano
Muchas personas desconocen cómo funciona el ojo humano, aunque cuando lo descubren se quedan perplejos. Es sorprendente que nuestros ojos sean capaces de traducir ondas de luz en pulsos eléctricos para enviar la información al cerebro, que construirá una imagen lo más parecida al mundo real.
Cuando nos paramos a pensar cómo funciona nuestro sistema visual resulta sorprendente la labor del cerebro. Cosas tan evidentes como el parpadeo o la nariz el cerebro las omite. Nos ofrece una imagen constante y libre de obstáculos. La realidad es que la nariz la vemos todo el tiempo y que en el transcurso de una película de 90 minutos el parpadeo nos hace perdernos entre 10 y 15 minutos de película.
En artículos anteriores hemos hablado de la evolución del ojo humano, lo cual nos da una buena base sobre cómo hemos sido capaces con el paso de los milenios de ir desarrollando la capacidad de percepción visual hasta conseguir una agudeza visual bastante buena, e incluso en las últimas décadas la tecnología nos ha permitido corregir con láser problemas visuales como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
Curiosidades del ojo humano
Hay lentes en nuestros ojos. Nuestros ojos están equipados con lentes que nos permiten concentrar la luz en nuestras retinas. Una parte en el interior del ojo donde se encuentran los fotorreceptores, una células muy especiales que captan la luz. Tenemos varios tipos de fotorreceptores para condiciones normales de luz, pero un sólo tipo para cuando hay poca luz, por eso no vemos colores en la oscuridad.
Distribución de fotorreceptores. Estos fotorreceptores no están distribuidos de forma uniforme en la retina. Por ejemplo no tenemos receptores de luz tenue en el centro, lo que provoca que al fijar la vista en estrellas débiles nos de la sensación de que desaparecen. Igualmente, en los bordes de la retina también hay pocos receptores, por lo que nuestra agudeza visual y la capacidad para ver colores se reduce drásticamente conforme nos alejamos del centro del campo de visión.
Tenemos un punto ciego. Otro ejemplo de la distribución desigual de fotorreceptores es la existencia de un punto ciego. Se llama así porque en dicho punto no hay receptor alguno y por tanto el ojo no ve nada. Pero no hay problema, apenas nos enteramos porque al igual que con la nariz o el parpadeo nuestro cerebro se encarga de rellenar lo que falta.
Los ojos se mueven constantemente. Por último está el tema de continuo movimiento, los ojos no paran de moverse (lo llamamos movimientos sacádicos) y mientras se mueven no ves nada. La prueba más sencilla es ponerte frente a un espejo, con la cámara de tu móvil puedes grabar el momento. Lo único que tienes que hacer es fijar la vista en un ojo y luego en el otro, así varias veces. Nunca vas a ver cómo se mueven tus ojos pero si miras el vídeo que has grabado, ¡oh sorpresa, se mueven!.
Este movimiento constante es el que provoca por ejemplo esta ilusión óptica, donde los puntos del circulo central nos da la sensación de que se mueven, pero no, en realidad están estáticos. El caso es que si los ojos dejaran demoverse con el tiempo perderíamos visión, ya que los nervios en la retina dejarían de responder a una imagen fija de intensidad constante.
El hecho de que tenga que ser nuestro cerebro el que forme una imagen con la información que recibe es lo que da lugar a las ilusiones ópticas. Nuestro sistema visual está lejos de ser perfecto, pero como vemos resulta sorprendente que seamos capaces de ver tan bien dadas las condiciones reales.
Ojo humano vs cámara fotográfica
Si hacemos una comparación del ojo humano con una cámara fotográfica en principio podemos pensar que son muy parecidos. Parece que hemos creado esta tecnología copiando nuestros ojos, pero como es natural hay bastantes diferencias. Vamos a hacer un repaso rápido muy fácil de entender.
Es cierto que tanto los ojos como las cámaras están equipados con lentes que concentran la luz. Sin embargo las lentes de una cámara se mueven para enfocar un objeto, en cambio las lentes del ojo humano cambian de forma. La pega es que a medida que envejecemos nuestra lente se endurece y perdemos esta capacidad dando lugar a la presbicia.
Luego, una vez concentrada la luz mediante las lentes necesitamos capturarla mediante sensores. Nuestro ojo tiene varios tipos de fotorreceptores, en cambio la cámara tiene sólo un tipo de fotorreceptor. Además se distribuye de forma uniforme y está dotado de filtros que captan las ondas de luz rojas, verdes y azules.
La ventaja de la cámara es que captura todo lo que ve, nos permite ampliarlo y verlo con nitidez una y otra vez. En cambio nuestro sistema visual por su anatomía y funcionamiento se pierde muchas cosas. Aún así resulta tremendamente útil, y para los que podemos disfrutar de este sentido es crucial en nuestro día a día.
Por cierto, esta misma explicación la podéis visualizar en Youtube gracias a otra lección magistral de Michael Mauser para TED, si no domináis el inglés no pasa nada, ya que también podéis activar los subtítulos en español.
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